El Ejército silencioso de Claudio Rodríguez
Claudio Rodriguez Lanfranco, pintor, poeta, guionista de documentales y series de tv. Visitamos su taller en Valparaíso, una antigua casona de 1906 para conversar sobre su pintura, en especial sobre su ejército silencioso. (entrevista).
Arte en Chile 09/09/2023 avanzamerica
Claudio Rodriguez Lanfranco, pintor, poeta, guionista de documentales y series de tv. Visitamos su taller emplazado en Valparaíso en una antigua casona de 1906 para conversar sobre su pintura, en especial aquella vinculada a hechos políticos de su país. Con más de 30 años de trayectoria en las artes visuales, la obra de este artista chileno se instala a contrapelo en el escenario de la pintura contemporánea generando un espacio de diálogo y discusión permanente. Hoy al cumplirse 50 años del golpe de estado en Chile, queremos averiguar sobre su proceso creativo y como su biografía personal, familiar y política cruza muchas de su obras. Intentamos conocer como un niño y adolescente que vivió su experiencia en dictadura, se transforma en artista. Esta es su historia.
-Cuéntanos Claudio.. ¿Donde estabas para el 11 de septiembre de 1973?
Bueno, nosotros vivíamos en Valparaíso, tenía yo 5 años. En ese lugar se inició el golpe, con los marinos. Ir a comprar el pan, conseguir verduras, desplazarse de un lugar a otro, era un acto épico y de mucho riesgo. Los conflictos sociales se habían agudizado durante el gobierno de Allende y el ambiente en la ciudad era muy tenso y de pronto, para un niño, ver militares con armamento de guerra en las calles, tanques, camiones con tropas, gente tumbada o arrodillada en el piso y controles por todos lados era muy fuerte. Un niño de esa edad siempre mira hacia arriba, todo se ve gigante, enorme. Y el horror recién comenzaba.
-Fue entonces cuando tu familia se traslada a Punta Arenas, por un hecho que cambiaría tu vida. Cuéntanos de eso.
En la casa donde vivían mis abuelos tomaron detenida a parte de mi familia y yo con mi madre, viajamos a apoyar a mi abuela que de pronto, se quedó sola. Cambio de ciudad, de ambiente, pero la misma pesadilla. Visitamos a mis tíos y a mi abuelo durante un tiempo, todas las semanas en el regimiento Pudeto y luego en la cárcel de Punta Arenas. Yo veía a los gendarmes descorrer los cerrojos, rejas y puertas blindadas para poder llegar hasta ellos. Nos revisaban antes de entrar a verlos. Siempre muy vigilados. Yo no entendía nada, pero sentía todo. ¿Porque están aquí? preguntaba… Como prisioneros políticos fueron torturados y luego, trasladados a isla Dawson, 100 kilómetros al sur de Punta Arenas. Recuerdo que en esos tiempos, asistíamos también con mi abuela a unas onces que en el fondo, eran reuniones entre mujeres para acompañarse en este proceso, porque fueron épocas muy duras. Hubo también un tío detenido desaparecido por parte de mi familia paterna, él trabajaba en los 70’s como camarógrafo de televisión (nacional) y desapareció en extrañas circunstancias. Como también el asesinato de Marcelo Barrios mi amigo del liceo, ocurrido en Valparaíso el año 1989. Un hecho que después de 24 años, recién acaba de resolver la justicia.
Luego de estar en Dawson algunos miembros de mi familia partieron al exilio. Pero esta isla siempre quedó flotando en mi imaginario como un lugar para explorar de alguna manera. Luego de los años, sabría el porqué. Recuerdo claramente el rito de mi abuela de preparar las encomiendas para enviárselas a ellos todos los meses. Mi abuelo, un tío. Yo la acompañaba en esto. Era todo muy fuerte, emocionante, verdadero. Tenía la costumbre entonces de coleccionar las etiquetas de las latas, tarros de conserva, cigarrillos y cajas de alimentos que traíamos del mercado negro y pegarlas en cuadernos que iba llenando con ellas. Fue, sin darme cuenta, mi primer ejercicio de memoria y por supuesto mi primera creación artística. Uno solo elabora contenidos a partir de su propia experiencia. Eso lo intuí y lo aprendí desde que era pequeño.
-¿Que hacía a diario un niño como tu viviendo con ese nivel de represión, toque de queda en el Punta Arenas de los años 70’s y 80´s?. ¿Cuáles fueron tus influencias?
En Punta Arenas hice muchos amigos, dentro y fuera del colegio. estudiaba en el Liceo San José, teníamos mucha libertad de pensamiento ahí, también con los chicos del barrio y como grupo, un liderazgo político que se manifestó luego de muchas maneras.
En lo personal mis influencias fue una muy temprana afición por la literatura: tenía 8 años y leía a Salgari, Coloane, London, Conrad, Poe, Homero, mis clásicos de niño. Me impresionó mucho “Primavera en Natales” de Osvaldo Wegmann. Una literatura que hablaba de mi paisaje, de mi territorio, del lugar donde crecía. Siempre tenía 3 o 4 libros esperando en mi velador, porque los inviernos australes son largos, días cortos en invierno, días largos en verano. Estos cambios de luz y las auroras australes marcan tu visión de las cosas. El paisaje nevado, los vientos poderosos, mis viajes a Torres del Paine, la escarcha en las lagunas. ¡Es el país de las sombras largas!. Siempre he vivido en territorios con personalidad e influencia. El mar, los ríos, el cielo, el paisaje dinámico, siempre cambiando. Todavía no comenzaba a pintar, pero la luz de la Patagonia ya se había instalado en mi visualidad y allí se aloja desde entonces. Luego en mi adolescencia llegó la lectura de Huidobro, Manns, Barella, Donoso y toda la literatura latinoamericana. Y mis primeros dibujos, por supuesto.
-Hablemos de tu viaje a Estados Unidos y como fue comenzar una vida en un país distinto.
Era 1984, tenía 14 años y me gané la beca Youth for Understanding para ir a estudiar a Estados Unidos. Estábamos en plena dictadura y represión social. Desaparecidos y ejecutados políticos. Al fin del mundo, yo sentía que vivía en una isla. Llegué a vivir a Houston, Texas con buena base de inglés y allá hubo que hablarlo en el cotidiano. En el colegio, en la casa, al salir a comprar, al estudiar. Un desafío que tomé con naturalidad e intuición. Esto abrió mi espectro literario a un nuevo idioma y otros autores llegaron a mis lecturas. Fueron dos años donde escribí también un ensayo en inglés sobre Pinochet y la dictadura en Chile, para aprobar mis ramos de historia americana y literatura creativa, exponiendo frente a la clase, la conspiración y financiamiento de Nixon y el gobierno de Estados Unidos para provocar el golpe de estado en Chile frente a adolescentes estadounidenses y futuros votantes. Mi contenido fue muy bien recibido y escuchado con respeto y atención. Mi profesora de ese entonces me apoyó en todo el proceso. Ese año en noviembre fue la reelección de Reagan y a mi me tocó vivir todo ese momento y ambiente eleccionario allá. Estábamos en plena guerra fría. Me invitaron entonces a escribir en el diario del colegio colaborando con algo de mis textos y piezas de diseño gráfico. Al año siguiente, visité el Museo de Arte Contemporáneo de Houston, donde tuve contacto por primera vez con pinturas originales del arte moderno. Picasso, Matisse. La obra de Yves Klein me impresionó profundamente. Ahí yo creo que me decidí a ser pintor. Tenía 15 años y mi regreso a Chile coincidió con grandes jornadas de protesta nacional. El caso degollados estaba muy presente, así como el asesinato de los hermanos Toledo (Mir) y otros hechos de violencia del estado que habían ocurrido recientemente.
Llego entonces a la ciudad de Valdivia donde mi familia se había trasladado. Fue aquí donde estudié y comencé a pintar, tuve a mis primeros maestros en el arte y en la vida, donde conocí grandes amigos con los que aún tengo contacto y colaboraciones. En Valdivia monté mis primeras exposiciones de pintura. Pero esto da para otra historia.
-En octubre de 2001 fuiste invitado por el diario La Nación a exponer una serie emblemática de collages en el hall de su casa central en Santiago. Recién había sucedido el atentado a las torres gemelas. Esto tiene relación con tu cuaderno de niño. Cuéntanos a los lectores de Avanzamérica sobre ello.
Recuerdo que estaba enmarcando estos collages en mi taller de Concón, tenía la tele prendida y sucede la transmisión en vivo del atentado a las torres gemelas. Era también un 11 de septiembre. De esa serie de 15 collages de gran formato, recuerdo “No hay Avances en filme sobre Victor Jara” y “Su desayuno esta servido Señor Presidente”. Éste tenía la mano de Lagos tocando la piocha de O´higgins al ser elegido presidente, la obra cuestionaba con claridad la crisis de una democracia coja, el abuso de poder y la corrupción política que se veía venir, pero que en ese entonces aún no era tan visible. Las obras fueron expuestas en el edificio del diario La Nación en calle Agustinas, frente a la Plaza de la Constitución y el Palacio de la Moneda, estableciendo un diálogo entre obra y territorio que ya venía explorando hace un tiempo. Años después realizo la obra “Crash!!” (Unidos en la Sangre), collage y témpera sobre papel fabriano (2008) en homenaje a los 100 años del natalicio de Salvador Allende el 26 de junio de 1908 y a 35 años de su muerte un 11 de septiembre de 1973. La obra expone la tesis de que Allende no se suicidó sino que fue asesinado por los militares que entraron a la moneda, un argumento al que como artista adhiero y que ha sido corroborado en múltiples investigaciones y evidencia forense. En la imagen una mancha descompone la forma y el color de la bandera chilena desde donde emerge la figura de Allende en blanco y negro de pie junto a un libro de Marx y Engels. Bajo el presidente, dos textos y figuras gráficas que visualmente se vinculan a la violencia de su muerte. La obra ha sido publicada en libros especializados, pero nunca expuesta públicamente.
NO HAY AVANCES EN FILME SOBRE VICTOR JARA_POESIAVISUAL.COLLAGE_CRODRIGUEZLANFRANCO_CHILE
CRASH!! (Unidos en la Sangre)_CRodriguezLanfranco_2008
-Quiero hablar sobre tu serie de dibujos sobre isla Dawson, una serie que aún esta en proceso, según me dices..
Bueno, yo sabía que tenía mucho pendiente con la isla y estaba esperando el momento para abordarlo. En una exposición de la armada en Santiago, conseguÍ una serie de mapas náuticos y cartográficos originales de la zona de Magallanes y Patagonia. Decidí trabajar con ellos como soporte y contexto geográfico: dibujando osamentas, fragmentos de cráneos y objetos sobre estos mapas, comencé a investigar, estudiar y comprender un contexto histórico mayor, vinculando la isla con la violencia política del golpe pero también con la masacre étnica, por ejemplo, de los fueguinos capturados prisioneros, hacinados y muertos allí por las misiones y los ganaderos extranjeros que los corrían a balazos. Dawson se transforma entonces para mi en un portal de exploración visual e histórico donde se superponen hechos que revelan varias capas sedimentarias de significados y significantes tensionados en distintos niveles, reubicados en un mismo espacio de conflicto con estos dibujos que se sitúan precisamente en ése intervalo entre pasado y futuro, revelando la oscuridad de ése tiempo que continua en proceso, como lo está también esta parte de nuestra historia que aún no ha sido resuelta. Los prisioneros políticos sometidos a torturas y trabajos forzados sobre un campo de concentración que antes había sido lugar de hacinamiento de etnias originarias locales, une en el tiempo y el espacio a estos dos grupos humanos y transforman a Dawson en un lugar de fuerte carga simbólica nacional y parte de mi historia personal, familiar y artística. Un gran campo de exploración para los arqueólogos del futuro.
ISLA DAWSON_SERIE EN PROCESO_C.RODRIGUEZ LANFRANCO 1
ISLA DAWSON_SERIE EN PROCESO_C.RODRIGUEZ LANFRANCO 2
-El arte nos ofrece la oportunidad de redimirnos y hacernos muchas preguntas, nos da algunos signos de como buscar y bucear en las obras, pero no siempre nos da las respuestas.. Así es como llegamos a una serie de pinturas tuyas muy interesantes y simbólica “Mi Pequeño Ejército Selk’nam” exhíbida parcialmente en distintos lugares de América. Una serie de larga data, según el carbono 14 ( risas..) Cuéntanos sobre este importante proyecto serial.
Este proyecto que mencionas es parte de mi imaginario desde que comienzo a pintar en los años 90’s pero toma forma de serie pictórica recién desde el 2001. Estaba ese año en Chiloé filmando el documental “Viaje al Archipiélago de los Chonos” cuando empiezan a nacer estas pinturas realizadas en viaje por los canales del sur, durante el rodaje del documental y en locaciones como Melinka, Laitec, Quellón, Caleta Tortel. La etnia Selk’nam son un pueblo amerindio originario de la isla Grande de Tierra del Fuego, en el extremo austral del continente americano. Originalmente eran nómades terrestres, cazadores y recolectores. Conformaban, junto a los Yámanas y Kaweskar, los primeros grupos humanos en poblar la Tierra del Fuego y los canales del fin del mundo. Este espacio marítimo y territorial (maritorio / territorio) donde prosperaron, era el mismo en el que yo viví en mi adolescencia, asi que me pareció coherente empezar a desarrollar este proyecto, muy vinculado a mi historia. Y una de sus características fundamentales es que tenían que ser todas pinturas realizadas en viaje, en movimiento, no en el taller. Una “pintura nómade”, tal cual como lo fueron los fueguinos, un acto de creación “en terreno”, instalando así un concepto más extremo en lo que se refiere a la pintura desarrollada al aire libre. “Mi Pequeño Ejército Selk’nam” es una pintura compuesta hoy de 300 piezas que juntas conforman una obra mayor, un “políptico mural” de figuras al óleo y técnica mixta sobre láminas de coigue y mañío que continúo trabajando, como un ejercicio de creación en viaje realizado durante mi tránsito temporal por distintos lugares de Chile como la cordillera de los andes, los canales australes, Patagonia, o las costas del norte grande, como también en otros países y ciudades del mundo: Nueva York, Montevideo, Buenos Aires o Río de Janeiro, entre otras, viajando en expediciones sobre la cubiertas de barcos, buses, automóviles, micros o aviones, hoteles, albergues o carpas. Esta colección de cuerpos pintados forman en conjunto, un vistazo al valor corporal que los antiguas culturas del sur del planeta daban a sus representaciones ceremoniales, donde brujos y chamanes eran ataviados con máscaras de corteza o cuero y cubiertos de barro y pigmentos minerales como el blanco, el negro o el rojo sobre el que luego dibujaban fragmentos del cielo, la trayectoria de las constelaciones, señas de animales o eventos naturales importantes –el movimiento del sol o la luna- utilizando el cuerpo como soporte, como mapa, como hito geográfico.
MI PEQUEÑO EJERCITO SELKNAM_NY 2010_CRODRIGUEZLANFRANCO
-¿Y este proyecto ha sido expuesto en algún lugar?
No en su totalidad. Fragmentos de “Mi Pequeño Ejército Selk’nam” han sido expuestos en el Hotel Roosevelt de Nueva York (2010), el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) de Montevideo (2019) y también en intervenciones / instalaciones temporales en espacios públicos como el Jardín Botánico de Rio de Janeiro (Trópico de Fuego: Diálogos colaborativos entre Naturaleza y Arte) (2023), el Museo Americano de Historia Natural en Manhattan y el Central Park de Nueva York (2010), o el Cementerio Indígena de Monteverde / Maihue (2017), entre los que me acuerdo..
-Un proyecto de gran belleza estética y que siendo artístico, expone también, conceptos, ideas, hechos políticos que no son visibles en una primera lectura. Como sabemos ahora gracias a esta entrevista, Los pueblos fueguinos, en especial los Selk’nam, fueron hacinados en isla Dawson, tal cual lo fueron los prisioneros políticos en dictadura. Un mismo lugar reocupado con un mismo fin.
Así como lo dices, parece que la obra nos invita a pensar en ciertos lugares como umbrales desde donde emergen estos significados. Isla Dawson es uno de ellos. Es una gran invitación la que nos hace entonces la pintura. Los fragmentos de este ejército silencioso de fantasmas, este grupo de desaparecidos, nos habla de la violencia de seres humanos exterminados por otros humanos, como también desde los cuerpos decorados con una imaginería exquisita. No es casualidad que puestos aquí uno junto al otro, nos cuestionen con su ausente presencia y nos hagan pensar en otros detenidos desaparecidos. Es una manera de conversar con los muertos, la pintura es una puerta para acceder al pasado y llega, de alguna manera, a suplir este vacío.
**Esta entrevista realizada al pintor Claudio Rodriguez Lanfranco, fue realizada por el equipo de Avanzamérica en septiembre de 2023.**
https://mitchellpluto.com/2023/08/28/code-of-shadows-by-c-rodriguez-lanfranco/
https://mitchellpluto.com/2023/08/31/my-little-selknam-army-by-c-rodriguez-lanfranco/
https://mitchellpluto.com/2023/08/31/my-little-selknam-army-by-c-rodriguez-lanfranco/?fbclid=IwAR2KW1Tcwuygb8nMG0fQy20HX0GIHmkaZPurl8CTTYPSul4KVNCQF-lTMnA
http://rodriguezlanfranco.blogspot.com/2007/10/mi-pequeo-ejrcito-selknam-fig22.html
https://avanzamerica.com/contenido/556/memorial-de-la-tribu-claudio-rodriguez
Claudio Rodriguez Lanfranco, pintor, poeta, guionista de documentales y series de tv. Visitamos su taller en Valparaíso una antigua casona de 1906 para conversar sobre su pintura, en especial sobre su ejército silencioso.